domingo, 5 de febrero de 2012

¿Así o más intolerantes? y los chismosos que nunca faltan.

Ayer como todos los días normales de trabajo, yo estaba sentada en mi puesto, atendiendo al público como de costumbre, estos, que siempre se dirige al banco a hacer cualquier tipo de transacción, como siempre con una sonrisa en la cara y digo "buenos días o tardes bienvenido a Davivienda en que le puedo colaborar" y unos responden al saludo otros no, depende del cliente y de la  actitud con que llegue. Mientras atendía a uno de estos personajes, en la calle, empezaron todos los carros a pitar, como, si fuera el día del pito, siempre hay sonido de pitos de carros en Bogotá, pero ¿todos al mismo tiempo?, eso no era habitual, algo pasaba, cuando me di cuenta, todas las personas que estaban en la oficina, se fueron a asomar a la ventana a mirar que pasaba, escuché que decían, -"se están dando", "llamen a la policía", "le pegó a la vieja"-, entre otras más cosas, sólo se escuchaban los carros en la calle, y lo que decía la gente; no vi exactamente lo que estaba pasando, pero después cada una de las personas que atendí, se encargaron de hacérmelo saber, una señora me dijo, -"oiga si vio, como le pegó"- y, yo con la cabeza le hice saber que no, apenas vio el movimiento de mi cabeza, empezó a contarme, -ese señor, el que se quedó ahí parqueado, por eso fue que los carros empezaron a pitar, y quién sabe por qué estaba ahí; jum, se bajo del carro y furioso empezó a manotear, y el del otro carro se bajo y quién sabe que se dijeron, pero el otro no aguantó y le mando la mano, ¡le pegó!, pues el otro tampoco se dejo y empezó a pegarle también, una señora se bajo del otro carro para parar la pelea y la pobre señora llevo del bulto porque, el señor, ese, el que estaba parqueado le pegó ¿cómo le parece?; oiga, la señora pobrecita- me decía la clienta- yo no vi que hiciera nada todos se metieron al carro, ¿cómo raro cierto?- ahí terminó el cuento de la señora; yo no dije nada la miré y solo  con mi cabeza hacia si. Otro señor que atendí, me dijo que la señora (a la que le habían pegado) se había ido a llamar a la policía y por eso fue que todos se metieron al carro, -salieron huyendo-. Y así escuché varias versiones. De lo poco que me di cuenta fue que la cosa duro poco; porque después la gente dejó de mirar y de murmurar, y afuera, en la calle todo se escuchaba normal.
A mi modo de ver las cosas y todo lo que, paso, golpes, peleas y hasta un puño para una mujer, sólo por intolerancia e impaciencia de unos cuantos; no era necesario; nadie sabe cual era la razón por la que el señor parqueó el carro y armó el trancón, pudo ser que se varó o que sé yo, estaba esperando a alguien, pero también hubiera podido parquear el carro en el lugar correcto y así evitarse todo ese lió; lo cierto es, que quien hubiera tenido la culpa o no, no era justificable para armar semejante drama, en qué cabeza cabe eso; claro que eso es ahora es cada vez más normal; y ahora que tal los espectadores, viendo todo lo que pasó y aún así murmuraban y chismoseaban con el resto de las personas, no fueron capaces de hacer nada, y sí agregaban y quitaban pedazos de la historia, llevándola de aquí para allá. 
Por eso, si, mejor no murmurarlo, yo lo digo esa actitud no es la apropiada, como raro los colombianos siempre arreglando todo a los golpes y los sapos que nunca faltan; y como condena acá no hay, entonces yo si digo, el desgraciado ese que se atrevió a pegarle a esa señora, que ojala nunca se la vuelva a topar, porque la venganza sabe dulcesito, y a él si que le espera una larga condena, ¡condenado!. Ah y claro los chismosos que por lo menos hubieran llamado a la policía a ver si depronto llegaba a tiempo.

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